Saco la escalera del viejo desván
y me encaramo subiendo descalzo por sus desgastados peldaños. Notando su tacto
reconfortante, amable y entrañable como la caricia de un viejo amigo, mientras
trepo por ella con aterciopeladas guirnaldas enrolladas en mi cuello como
mullidas bufandas, preciosas bolas de mil colores asomando curiosas por mis
bolsillos y una sonrisa que confunde a las nubes mientras subo y subo a la
carrera para adornar el sol.
El viento agita mis cabellos que
ondean a mi espalda como una frágil y voluble capa color arena que pugna por
escapar de mi cabeza mientras continúo mi ascenso a toda velocidad. La mágica
escalera se estira y se estira en pos del sol que pende en la bóveda celestial,
aguardando paciente mi llegada.
Las bolas tintinean en mis bolsillos
encendiendo el cielo con su alegre canturreo jadeado por el trinar de algún
pájaro despistado, atraído por el embrujo de la escalera que sube hasta el sol.
Y el mundo queda ya a mucha distancia, muy lejos. A penas una borrosa mancha
que se extiende allá abajo. Atrás queda todo. Menos los sueños, que impulsan
mis piernas.
Trepo y trepo hasta que la arena
del reloj del tiempo se detiene incrédula, exhausta, vencida por la fortaleza
de mis anhelos, por el poder de mi deseo. Y entonces aún asciendo un rato más
hasta llegar al sol.
Salto sobre su ambarina
superficie y su calor recorre mis pies descalzos, reconfortándolos tras el
esfuerzo. Me agacho y acaricio la áspera y curtida superficie. El astro rey responde
a mi contacto, maullando a su modo silencioso como un gato enorme, pidiendo más
caricias, más mimos, estremeciéndose.
Cantando y danzando voy
depositando guirnaldas y bolas aquí y allá sin ningún orden, enturbiando con
color el monocromo paisaje dorado, yermo y baldío. Y el sol sonríe en las
entrañas de su núcleo candente mientras mis pies se mueven por su rostro sin
descanso.
Y cuando mis bolsillos están
vacíos y mi cuello desnudo agito mi mano y desciendo por la vieja escalera
mientras sonrío.
Molt bo i profun com sempre, segueix així
ResponderEliminarGràcies Imma. Una abraçada
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