sábado, 29 de agosto de 2020

EL CAMINO


Imagina doblar el tiempo, caminar por la tenue senda del infinito, a la luz de lunas imposibles.
Imagina asomarte al anverso de la existencia, a esa otra realidad que siempre supiste se escondía allí, a escasos centímetros de nuestros ojos.
Imagina vislumbrar los confines del cosmos conocido, y adentrarse aún más allá, en el vacío insoldable.
Imagina flotar en esa extraña ingravidez atemporal, allí donde solo moran los dioses.
Imagina poner el pie en parajes que ni siquiera nadie ha soñado jamás.
Imagina abrir la puerta y caer en otra dimensión, más allá de las estrellas.
Imagina alargar el brazo y sentir el cosquilleo de un cometa en tus dedos.
Imagina cabalgar un planeta a la deriva.
Imagina dar vida a una estrella con tu aliento, empañando el cristal celestial.
Imagina encender un millón de soles con solo tu alegría,
y secar un millón de mares con tus lágrimas.
Imagina tomar un pincel y pintar un millón de mundos en un millón de tiempos.

Imagina ser Dios.
Imagina ser y no ser a la vez.
Imagina todas las preguntas.
Imagina todas las respuestas a ellas.
Imagina la luz encerrada en la oscuridad, y las tinieblas que hieren la luz.
Imagina el principio y el final.
Imagina ser tu mismo y parte de los demás a un tiempo.
Imagina ver sin ojos, andar sin piernas, volar sin alas.
Imagina morir antes de haber nacido.
Imagina nacer con la sabiduría de tus antepasados.
Imagina errar y aprender de tus errores, caer y levantarte.
Imagina tener todo el tiempo del mundo, un millón de vidas.
Imagina todos los ayer, los hoy y los mañana. Y añádele unos cuantos más.
Imagina un nuevo mundo, un nuevo tú.
Imagina tu vieja alma despojada de su cuerpo actual.
Imagina todos los rostros que has tenido,
todas las vidas que has vivido,
los enormes conocimientos que ya has adquirido, la sabiduría que atesoras.
Imagina recordar conocimientos sepultados en la arena de ignotos desiertos.


Imagina ascender a un nuevo estadio, más etéreo, donde tu energía te transporta a una nueva comprensión.
Imagina verlo todo, entenderlo todo, comprender por fin tu misión en este nuevo acontecer.
Imagina poder disfrutarlo para siempre.
Imagina fundirte en esa nueva inmortalidad, acoplándote a esa nueva colectividad universal.
Imagina lo que quieras.

Ya no imagines más.

Porque solo basta quererlo para que suceda.
Solo hay que creer, recordar lo que una vez fuimos y siempre seremos.
Porque tú eres el mago más poderoso que se recuerda.
El hacedor más prodigioso que nadie nunca ha contemplado.
El creador de Dioses, el Forjador del Destino.
Así ha sido siempre. Así será para toda la eternidad.
En tu mente está todo lo que precisas.
Tu alma alberga la fuerza, el amor.
Tu corazón bombea la energía.
Tu cuerpo es el engranaje perfecto.
Expande tu mente y sobrepasa la barrera física que enmascara tu esencia.
Eres una célula de un ente fantástico más anciano que el propio tiempo.
Progresa hacia tu meta y haz progresar a los demás con tu ejemplo.
Siente tu alma henchida, acompañada por el murmullo de millares de almas gemelas hablando al unísono, reunidas dentro de ese nuevo ente con un fin común.
Contempla a Dios, la fuerza suprema, a tu lado, disfrutando de ese maravillo espectáculo junto a ti.
Siente su amor por ti. Por todos los demás.
Embriágate de tu amor por los demás. Porque ahora ya no eres solo tú. Eres algo más, algo mejor, algo nuevo y más viejo que el tiempo a la vez.
Ahora formas parte de algo mucho más complejo, de una enorme entidad divina que lo engloba todo.
Vuela.
Siente.
Vive.

Miras y el Universo observa por tus ojos.
Te mueves y el Cosmos cambia contigo.
Piensas y el Acontecer responde.

Asciende hacia tu Destino y sé feliz.



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